Día de la Madre

Ayer fui a visitar a mi amiga Rochi. Fue mamá hace 40 días! Su pequeño es hermoso, llora como un gatito, «come, duerme y caga»… tal como le dijo la enfermera con muy mal tono cuando entró a responder una de sus llamados en el Sanatorio. Lo que nunca le dijeron es que se iba a enamorar de tal manera que, como madre y para protegerlo, sería capaz de darlo todo.

Es que no es hasta que somos madres (que no es mi caso) o alguien muy cercano a nosotros lo es, que entendemos todo lo que hicieron nuestras madres por nosotros.

Ahí nos cae la ficha, nos ponemos en sus zapatos, aunque sea por unos segundos y realmente nos cuestionamos si seríamos capaces de dar tanto por alguien. Seguramente y por ser políticamente correctos, digamos instintivamente que sí… pero eso no lo vamos a saber hasta que estemos en ese lugar.

En los talleres de constelaciones familiares a los que suelo ir, toooooooooooodos tenemos mambos con nuestras madres, con los padres, abuelos, hermanos, y parejas también… pero a mamá le damos sin asco… es la principal sospechosa, culpable y destinataria de todos nuestros enojos, inseguridades, frustraciones y angustias. Lo que nunca terminamos de entender de entrada, es que sus actos, incluso aquellos que parecen erróneos o que nos causaron algún tipo de dolor, salieron desde el amor. 

Nadie nace sabiendo, nadie cursa escuela de madres, ni toma lecciones on line, se aprende haciendo… algunas le ponen más onda que otras, algunas tienen un instinto que parecen graduadas summa cum laude en Harvard, y otras HACEN LO QUE PUEDEN.

Esta mañana mientras escuchaba alguno de esos audios de coaching, escuché una frase que sentí con todo mi cuerpo y que me hizo saltar el corazón, decía algo así:

“Nuestros gurus no son un viejo sabio sentado en la cima de una montaña, nuestro primer guru es aquel que nos pone los anteojos de la realidad, nuestro primer guru es la primera relación que tenemos, y todos los seres humanos tenemos nuestra primera relación con nuestra mamá.”

Por translación, entienden que entonces, ¿nuestro primer guru es nuestra mamá?

En ese momento, mamá me escribió para decirme que había visto la cortina de mi cocina y que como las tiras de enrollar se están cortando, cómo hay que cambiarlas, etc…

Esta mujer no para nunca. Y también es la receptora de todas mis consultas. Es mamá, chofer, plomero, pintor, carpintero, agente inmobiliario, enfermera, personal shopper…

No siempre tuvimos la relación que tenemos hoy… en estos 38 años desde que nos conocemos, hemos transitado casi todo el abanico de emociones y estadios que puede tener una relación entre dos personas… pero la hemos trabajado… de eso doy fe. Hicimos todo lo posible por encontrarnos…

Cuando me diagnosticaron Artritis, ella no supo qué hacer. Fue una de las primeras veces en las cuales no encontré una respuesta. Nunca le pregunté qué sintió. Pero no era lo que yo esperaba…

Nos llevó un año comenzar a encontrarnos en esta nueva situación y aceptarnos: verme con limitaciones físicas, ayudarme a cortar algo, subirme el cierre de un vestido, acompañarme a un médico nuevo para hacer una inter-consulta, buscarme en la guardia del sanatorio un domingo a la mañana…

Lo que siempre me inspiró esta mujer, una vez que logré comenzar a conocerla sin juicio, aceptando que me había dado todo lo que tenía, y que hizo lo mejor que pudo considerando que encima soy la primera de sus 6 hijos, con lo cual era experimentación pura, es ADMIRACIÓN PROFUNDA.

Cuando mis amigos y conocidos me dicen que no entienden cómo hago tantas cosas, cómo viajo sin cansancio, cómo me sumo a nuevos cursos y talleres, cómo tengo tantos grupos de amigos, pero que les fascina y me felicitan, me estoy llevando reconocimientos que no son enteramente míos.

Lo aprendí de ella. ¿Querés algo? Andá a buscarlo. ¿Querés un cambio? Hacelo. ¿Tenés ganas de vivir afuera? Sacá pasaje, te llevo a Ezeiza.

Esta mujer no conoce las excusas… Nunca dice “no puedo”, no se rinde… Es la combinación de Godzilla, Mazinger Z, la mujer maravilla, el increíble Hulk, un tractor… Se supera a sí misma, enfrenta sus miedos, estudia, lee, se atreve…

Sin este aprendizaje no creo que hubiera podido dar los primeros pasos de tomar mi enfermedad de la oreja y empezar a vivirla de manera que fuera parte de mi vida pero no MI VIDA ENTERA. La aceptación y la posibilidad de superar todo lo que se nos ponga en el camino, sólo llegan con la humildad y con el reconocimiento y agradecimiento de todo lo que nos fue dado.

Y entonces, además de darme la vida, me dio, entre otras cosas, esta gran enseñanza de que si tengo alas, las tengo que usar, que no tengo que darle explicaciones a nadie, que tengo que hacer lo que tenga ganas y que mi libertad es un tesoro.

No puedo entonces yo ponerme excusa alguna frente a todos los nuevos caminos que se abren. Además, tengo a la mujer maravilla en casa… qué más puedo pedir.

Feliz día a todas las madres, porque realmente, todos los días son sus días.