Nos puede pasar a todos
Desde hace varios meses que sabemos que Diego, tiene cáncer. Nos enteramos una semana de Julio de 2013 y de a poco fuimos avisándonos entre todas…
Con un pronóstico muy poco favorable esperábamos lo peor de manera inminente. Y a todas nos afectó mucho, lo sentimos y expresamos distinto, pero nos afectó.
Tengo un grupo de amigas que son literalmente, amigas de la vida… nos conocemos hace más de 30 años. Con la mayoría de ellas nos conocimos en jardín de infantes. Las demás se sumaron en 1er grado. Tomamos la comunión juntas. Fuimos a las primeras fiestas con chicos, que, saliendo de un colegio de “mujeres solas”, esto era todo un evento!
Nos peleamos varias veces, nos cambiaron de curso por política del colegio, repetimos novios o nos peleamos por ellos, terminamos el secundario, cada una estudio lo que quiso (con más o menos influencia paternal), conocimos nuevos novios, nos casamos, nos separamos, nos fuimos de viaje, metimos a alguna debajo de la ducha después de una noche en que esa última copa estuvo demás, vivimos afuera, volvimos, y cuando nos quisimos dar cuenta, nos volvimos a reencontrar desde otro lugar. Y nos volvimos a elegir aunque sabemos que nos junta más la historia que las similitudes.
Y hoy, a los 36 años nos está tocando empezar a vivir otras cosas.
Las enfermedades no discriminan ni sexo, ni clase social, ni religión, ni los gustos de helados, ni el partido político que votamos. Son las democráticas manifestaciones de que aunque nos guste ser “únicos” y “diferenciarnos”, SOMOS EXACTAMENTE TODOS IGUALES frente a la posibilidad de que nos puede pasar a cualquiera!
A Diego le tocó la lucha contra el cáncer, a mi mamá un problema congénito de corazón que nunca termino de recordar el nombre, a mi papá no solo miopía, sino una complicación que se llama Keratono y que afecta a 1 en un millón, bueno, el lo tiene en dos ojos, a Graciela que trabaja conmigo, una extraña infección ósea en el tobillo que viene salvándose de ser amputado porque la lucha y motivación que le pone. A mi hermana, perder 2 embarazos más que deseados, por explicaciones diversas, y hoy, queriendo ser una mamá leona, estar embarazada por tercera vez y de mellizos. Mache perdió a su papá en un intento de robo, en la puerta de su casa. Rochi lo perdió en un accidente y él estaba lejos, encima. Sole perdió a su tía luchando contra un cáncer de mama por el cual ella hace chequeos constantes y hasta consideró hacerse una masectomía preventiva, Vicky sufre una hernia de disco producto de un choque en una noche fría en Tierra del Fuego. Y la lista podría seguir… (http://personajes.lanacion.com.ar/1670965-angelina-jolie-tiene-que-volver-a-operarse-para-prevenir-el-cancer)
Y así continúan los ejemplos, las anécdotas, las situaciones duras que a todos nos tocan vivir.
Nos puede pasar a todos…
La cabeza se nos llena de preguntas, de dudas, de reproches, de cuestionamientos. Y empezamos a buscar respuestas porque necesitamos que alguien nos explique las cosas, para poder entender cómo es que sentimos ese dolor enorme en el corazón y hasta nos cuesta respirar de la angustia.
La clase social, la educación, los afectos que nos rodean y nuestras creencias espirituales, sí hacen que éstas cosas se puedan llevar de diversas maneras, y que sea más llevadero y que hasta por momentos uno se olvide de lo que está pasando, pero todas estas situaciones nos ubican en nuestro lugar verdadero: que sólo somos seres humanos.
Y como seres humanos, más allá de las creencias que profesemos, “sabemos ciertas verdades”: los seres humanos dolemos y los seres humanos tenemos una vida limitada. Tenemos la certeza de que en algún momento se va a terminar.
Lo más sorprendente de eso es que, sabiéndolo, nos damos “el lujo” de olvidarlo.
Lo que nos pasa, nos pasa a nosotros y nos pasa por algo…
Realmente la vida no es sólo eso que nos pasa, sino qué elegimos (y acá si tenemos la opción de elegir con una libertad del 100%) QUE HACEMOS CON ESO QUE NOS PASA.
http://blog.es.idealist.org/la-vida-es-10-lo-que-te-pasa-y-90-como-lo-tomas/
QUÉ HACEMOS?
No soy una superada, ni nací con un manual debajo del brazo, me llevó 1 año aceptar y rendirme a esta pregunta.Y es una práctica constante.
Los primeros meses lo negué. después pasé meses enojada, después pasé meses negandolo de vuelta y llevando mi cuerpo al extremo, y luego no tuve más opción que rendirme porque ya no podía caminar físicamente y entonces el mensaje de mi cuerpo era clarísimo: “PARÁ”.
PARÁ, QUÉ COSA? De vivir sin darte cuenta que las cosas van por otro lado.
Mi enfermedad fue un verdadero maestro… sólo cuando me rendí y entendí que tenía que volver a empezar, empezarme a mi misma y amarme con esta realidad.
Me avergüenza confesar que esto me ayudó a ser más humilde, más tolerante con los demás, más amable, más simple, más sincera, más cariñosa, no es que era un cascote, pero si es cierto que la vida se me estaba pasando por miles de agujeros y me estaba perdiendo de las cosas más importantes que nos pueden pasar mientras transitamos este mundo.
Hoy mis amigas me dicen que a veces no entienden de donde saco las pilas para ir y venir, para hacer las cosas que hago y disfrutarlas… Las saco de la enfermedad. Las saco de entender que aunque me duela la mano, no voy a dejar de disfrutar del casamiento de unos primos que acabo de reencontrar y bailar toda la noche, de sentirme una privilegiada porque disfruto de todos mis hobbies y tengo la plata para pagar esos talleres que tanto me gusta hacer a la salida del trabajo, aunque llegue más tarde porque el pie esa tarde me estaba matando, de sentirme agradecida todas las mañanas porque tengo mucho, mucho por lo que vivir….
Y las saco principalmente de reconocer que el verdadero privilegio que tengo, es el amor que me rodea. Somos “nadie” si no tenemos con quienes compartir todo lo que somos y todo lo que hacemos. No podría hacer nada de lo que hago si no tuviera el amor incondicional de mi familia y mis amigos, los nuevos y los viejos, los compañeros ocasionales, y hasta los extraños que uno se cruza en el andén de subte.
No somos nadie sin los otros y sin un clara decisión de vida.
Diego me enseñó eso también, tener claro porqué vivir, más allá de cuanto dure esa vida.
Cómo nos vamos a tomar el día de hoy con lo que nos toca vivir?
Hola te invito a seguir mi Bloghttp://ladelibroabierto.wordpress.com/2014/08/19/el-cosmos-juega-conmigo-y-yo-le-echo-la-culpa-a-la-universidad/
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