Acerca de ACEPTAR el cambio constante
Los argentinos estamos muy acostumbrados a la inestabilidad. Sea económica, micro y macro, política, social, financiera, educativa… y si no la tenemos, la inventamos.
Ya es parte de nuestro ADN, de la idiosincrasia, de la cultura…
Eso, entre otras cosas, nos hace pensar sólo en el corto plazo, en ganar cuanto podamos lo más rápido posible, en sacar créditos mientras la tasa esté baja porque no sabemos cuando va a cambiar, y, sin bien no son características constructivas para el desarrollo de una sociedad, la realidad es que todos hemos visto o nos han contado, lo cíclico de las crisis de nuestro país, el valor de nuestra moneda ya sea sobredimensionado o devaluado, lo estable y por ende lógico que es apostar al dólar, etc, etc, etc…por lo que sería poco inteligente, no comportarse de esta manera.
Teniendo en cuenta estos conceptos, me acabo de dar cuenta que, como el dulce de leche, el tango, la birome, el colectivo, las huellas digitales, el alfajor y la jeringa, parecería que la artritis es un invento argentino…
Es que en definitiva, la artritis llevaría el mismo ADN de toda nuestra inestabilidad…
La gran diferencia es que no podemos comprar electrodomésticos en cuotas para ganarle a la inflación o cruzar a Uruguay para sacar dólares y así hacer la diferencia con el tipo de cambio.
Quedamos sujetos a una inestabilidad incierta e inexplicable, tirana y caprichosa que hace que una noche de diversión y placer, pueda convertirse en una mañana titulada: “hoy me quiero morir” (y no estoy hablando por causa de una muy mala resaca!).
Es simplemente, que la presión cambia, la humedad se intensifica, la enfermedad es así, cíclica, y justo algo emocional nos golpeó un poquito… BUM ya está… combinación perfecta para tener una de esas mañanas en que no podés creer que tu expectativa de vida sean los 70 porque eso quiere decir que al menos durante 30/40 años más te vas a sentir así al abrir los ojos: “morir, de dolor, agarrotamiento, agotamiento…”
Se te van las ganas de ponerle onda a la mañana, de escuchar música, de comer, y a mí por lo menos, eso me genera mucha bronca…mucha! bronca conmigo misma, con la situación, con que algo me socave la positividad y la fortaleza que me caracterizan y con que durante unos minutos u horas, al menos los 20 minutos que tarda hacer efecto el ibuprofeno, realmente no pueda apreciar todo lo que tengo! Eso me da muchísima bronca…
Y me quiebro…
Esos son los momentos en los que me quiebro y ya no me duele el cuerpo…. me duele el alma… las lágrimas me salen del estómago y me cuesta muchísimo encontrarle el sentido a todo esto…
Para alguien que transita la vida estudiando e intentando aplicar, conceptos del budismo, la kabalah y el insistencialismo, es una debacle total…
Cuando empecé a escribir esta entrada, lo primero que hice fue buscar la definición de “inestabilidad” en el diccionario… es una técnica que uso seguido cuando quiero empezar a escribir o a hablar de algo, para estar segura que estoy usando los conceptos correctamente.
inestabilidads. f.
1 Incapacidad de un cuerpo para mantener o recuperar el equilibrio.
2 Alteración constante o frecuente de las condiciones y características de un fenómeno
“Alteración constante”…
Querramos reconocerlo o no, a todos los seres humanos nos gustaría poder predecir el futuro, saber qué va a pasar y si fuera posible realmente vivir con la tranquilidad de que nuestros pasos tienen resultados asegurados…
No es el caso…
Ni para quien esté sano ni para quien se encuentre transitando cualquier tipo de padecimiento.
“Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.”
Madre Teresa de Calcuta
La artritis me enseñó eso… que nunca sé cómo me voy a levantar mañana… que no sé ni cuánto va a doler ni cómo… por ende estoy “obligada”, “impulsada” y “comprometida moralmente” a apreciar cada segundo de mi presente, sobre todo cuando me siento bien y cuando es dolor casi desaparece, cuando hay amigas y familia alrededor, cuando hay algo que festejar, cuando sale el sol y vale la pena salir a caminar, cuando surge un viaje y se que voy a conocer algo nuevo, cuando tengo una cita, o salió una nueva película, o es viernes y tengo taller de teatro, o jueves y voy a clases de escritura…
Porque de todos estos momentos es de donde se saca la fortaleza para seguir adelante y se encuentra sentido a la vida, para llorar desde el estomago, y después de un rato, poner agua para el mate y compartirlo con alguien que viene desde donde sea para darte un abrazo y charlar de “su chico” o de su próximo viaje, o juntarse con esos sobrinos hermosos que crecen a pasos agigantados y para quienes soy esa tía que “trabaja de viajar”.
Es muy fácil y hasta podría justificar lo simple que es deprimirse y sentirse mal, pero si de algo sirve este intercambio, es que tengo la certeza, y espero poder transmitirla, de que después de cualquier mal día, viene uno mejor… y que está en uno así decidirlo, más allá de lo que vaya a doler mañana.
El balance, según Mamerto Menapace
http://www.ciudadnueva.org.ar/areas-tematicas/sociedad/el-balance-segun-mamerto-menapace
Dedicada a Mache y Sofi J y todos esos ángeles que son parte de mi vida…
Machus, tu amistad y tu acompañamiento constante son lo que alimentan la fuerza que me hace ponerle una sonrisa a todo lo que hago.-